Texto: José Antonio Arzate Barbosa.
“Nunca estudié diseño,
aprendí diseño”, reza
un texto publicado en el blog de diseño latinoamericano foro alfa para
referirse a la crisis en la enseñanza del diseño que, desde hace ya algún
tiempo, tenemos las instituciones educativas. Definitivamente cada escuela
tiene sus propias herramientas y estrategias de enseñanza, pero igualmente
todas vivimos esta crisis: docentes, estudiantes y profesionales.
Como instituciones debemos dejar de ser informativas para convertirnos en formativas, desarrollar competencias en nuestros estudiantes para
que aprendan a solucionar problemas, dejarlos que se equivoquen, ayudarlos y
guiarlos para corregir errores, para que definan sus posturas, puntos de vistas,
opiniones. Se trata de “dejar huella” en el estudiante: “un proceso de cuestionamiento desde el estudiante mismo… (y) la escuela debe ser el espacio para que se
generen discusiones críticas en relación al entender y hacer del diseño”.
El trabajo universitario debe ser para el estudiante un
espacio de entendimiento, relación y propuesta en que el estudiante explore, y
ponga a prueba, sus capacidades interpretativas, argumentativas y su
perspectiva profesional.
“Solo aprende quien
interioriza su necesidad de hacerlo”.
¿Hemos preguntado a nuestros estudiantes qué les gustaría
llegar a ser o hacer con su carrera y las posibilidades que tiene de llevarlo a
cabo? ¿Qué contestan? Cuando platican entre egresados, la mayoría asevera que
la escuela no los preparó para la realidad, es decir la culpa es de los
docentes. La mitad se quejan de no haber recibido suficiente formación teórica
y la otra mitad de no haber obtenido suficientes herramientas técnico –
prácticas. Ninguna universidad ha podido resolver eso, porque en realidad no
tiene por qué resolverlo: uno no se convierte en profesional cuando termina la
carrera, sino después de trabajar mucho, formarse (fuera de la escuela) y
aprender de manera pertinente y permanente.
Nos hemos acostumbrado tanto a relacionar el trabajo de
diseño con el uso de la tecnología, que creemos que sin tecnología no podemos
concebir un buen diseño. Debemos trabajar por hacer conscientes a nuestros
estudiantes de la importancia del proceso de diseño y sus implicaciones teóricas
y metodológicas:
Enseñar menos y ayudar
a que aprendan más
Menos software y más
diseño
Pensar más, diseñar
menos
En su artículo: Profesor ¿qué es el diseño? publicado en
foro alfa, el diseñador argentino Alfredo Yantorno, escribe que un alumno le
hizo esta pregunta y él contestó: “El diseño Gráfico es una forma de pensamiento. Es el
desarrollo consciente de la capacidad, ontológica, del ser humano, de crear un
universo de signos, símbolos y señales. Esto quiere decir que, como
profesionales de Diseño, los diseñadores tienen, ante todo, la misión y la
responsabilidad de ser conscientes de qué es lo que ocurre, cuando son puestos
en marcha los procesos de ideación y concreción de actos de comunicación.
Publicado por COPPEL Agosto 2015. |
En esa exploración hacia el estado de
conciencia descubriremos, esencialmente, cuál es el alcance –y, por ende, el
poder– de nuestros actos como modificadores de la realidad, tanto de los que
producimos como de los que dejamos de producir. En consecuencia, habiendo
descubierto nuestro poder, también comenzaremos a descubrir el deber de
hacernos responsables por obtenerlo, desarrollarlo y, sobre todo, por
aplicarlo.
¿Qué buscas, estudiar o aprender
diseño?
Fuentes: foroalfa.org
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